lunes, 2 de noviembre de 2009

Ushuaia como destino turístico


La actividad turística comenzó en esta ciudad como una alternativa de crecimiento económico. Las fuertes imágenes proyectadas de “Fin del Mundo” y “Puerta de Entrada al Continente Blanco” contribuyeron favorablemente para lograr cierto posicionamiento en el mercado internacional.



A partir del 2002 hubo un importante crecimiento del sector servicios relacionados con el turismo y de la construcción de infraestructura hotelera. (Plan de Manejo PNTDF. 2007), transformándose así la ciudad de Ushuaia en un importante destino turístico.

La actividad turística de la ciudad es fuertemente estacional, concentrándose la temporada alta, entre los meses de octubre a marzo y la baja durante los meses de invierno.
Durante el verano (temporada alta) la oferta de Ushuaia reside principalmente en trekkings y navegaciones por los diferentes atractivos naturales de Tierra del Fuego, mientras que en el invierno la oferta radica en actividades de montaña, principalmente el sky. Cabe aclarar que Ushuaia cuenta con un centro de esquí de nivel internacional: Cerro Castor.
Durante la temporada estival, el turismo de cruceros representa una franja muy importante en cuanto al total de visitantes: un 44 % sobre el total, según datos de la Secretaría Municipal de Turismo. (2007)


Otro rasgo relevante de este destino, es el constante aumento de las plazas hoteleras. En la actualidad cuenta con un total de 4869 plazas hoteleras distribuidas en 144 establecimientos, siendo los hoteles de 4 y 3 estrellas la franja más abarcativa. (
http://www.turismoushuaia.com/web/estadisticas/08cap4.pdf)

Si se tiene en cuenta la escala del destino, éstas son cifras que llaman un poco la atención, ya que cuando el aumento de las plazas hoteleras, el incremento de turistas y la dependencia de las estadísticas, comienzan a transformarse en la preocupación central de quienes manejan la actividad, se corre el riesgo de creer que la importancia de la actividad turistica únicamente se mide por su aporte a la balanza comercial del país.
Cuando se llega a este techo de preocuparse únicamente por promover el crecimiento cuantitativo del turismo, se comienzan a manifestar y evidenciar efectos negativos, tales como los impactos territoriales, la estacionalidad y la sobrecarga en las zonas naturales.

El turismo es un actividad que depende más que ninguna otra de la calidad del ambiente. Generalmente se antepone una valoración del turismo por su contribución al sistema económico y al déficit de las balanzas comerciales, que lleva a priorizar tales objetivos y condiciona el olvido de otras implicaciones derivadas del desplazamiento de turistas como las del tipo ambiental, social y cultural. (Vera Rebollo. Papers de geografía nº 18)

“Las áreas que han malgastado sus recursos naturales sobre la base de estrategias de crecimiento continuadas en la oferta de plazas de alojamiento, tienen hoy menos posibilidades de competir en el escenario internacional del turismo, ya que el medio ambiente será el elemento nuclear de la planificación del turismo, hasta tal punto que la competitividad de las áreas turísticas en el futuro, salvo que se fundamente exclusivamente en precios bajos, se basará en la calidad ambiental qué éstas sean capaces de ofrecer.” (Vera Rebollo. Papers de geografía nº 18)


¿Qué sucede en Ushuaia con los atractivos naturales?

En la provincia se encuentra el Parque Nacional de Tierra del Fuego, cuyo objetivo de creación fue el de conservar una porción representativa de los bosques subantárticos correspondientes al sector más austral del Distrito Biogeográfico Magallánico.
Se trata de un Parque esencialmente rico en flora y fauna que protege además numerosos “concheros”, los cuales son yacimientos arqueológicos que contienen la historia de la ocupación humana adaptada a la vida del litoral marítimo.

Los concheros tienen como característica una alta acumulación de residuos de alimentos en los que predominan las valvas de moluscos, pero también incluye residuos generado por una amplia gama de actividades de la vida diaria. Tales residuos son instrumentos y sus fragmentos elementos de decoración y ornato, restos de fauna consumida, fogones, etc.

Estos pueden visualizarse como atractivos dentro del parque, pero los mismos no han sido aún objeto de una planificación interpretativa, y se han detectado diferentes tipos de impactos generados por la actividad turística sobre algunos de ellos. (Plan de Manejo. PNTDF. 2007).



ZONIFICACION

El Parque Nacional Tierra del Fuego, cuenta con cuatro tipos de Zonas, clasificadas en función a sus categorías de manejo:

o Zona Intangible.
o Zona de Uso Público.
o Zona de Uso Especial.
o Zona de Amortiguamiento.

La Zona de Uso Público, como su nombre lo indica, es la zona de manejo que contiene atractivos naturales y/o culturales que se consideran aptos y compatibles con la visita y disfrute del Público, sin comprometer su conservación o persistencia. (Plan de Manejo. PNTDF. 2007)
Esta zona abierta al Público representa sólo un 3 % de la superficie total del Parque y se subdivide a su en otras dos categorías:

Zona de uso Publico Extensivo: Permite el acceso al público con restricciones.


Zona de Uso Público Intensivo: Es la que admite la mayor concentración de público visitante.


Impactos derivados del uso público y principales problemas de manejo:


  • Intensidad de uso en senderos (cantidad de personas y frecuencias de uso).

  • Pérdida de cubierta vegetal y erosión de suelo en áreas de acampe por tránsito vehicular.

  • Superposición de grupos numerosos en los sitios de uso intensivo: percepción de congestionamiento, disminución en la calidad de la experiencia de los turistas.

  • Dentro del Programa de Uso Público existe un subprograma de Recreación y Turismo, donde se propone como medida para ordenar la visita: la regulación de los flujos de visitantes.
    Sin embargo no se especifica de qué manera se hará ni se nombran como alternativa de solución a las problemáticas identificadas, la aplicación de herramientas básicas de planificación: Umbrales Ambientales, Zonificación, Límites de Cambio Aceptable, entre otras.
    Lamentablemente, sin la presencia de ellas, no existe la posibilidad de proponer acciones realmente concretas y efectivas y por lo tanto los Planes de Manejo, - como en este caso – terminan resultando ineficaces a la hora de resolver el problema de los impactos derivados del Uso Público en las Áreas Protegidas.

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